Transformando flechas en flores: el perdón

Fundamentos de Mindfulness y Compasión

¿Qué significa perdonar para ti?, ¿cómo puede ayudarte? y ¿cómo ponerlo en práctica?

El odio nunca se extingue por el odio en este mundo; solamente se apaga a través del amor. Tal es la antigua ley eterna. El Buda

Este material es parte de un un programa extenso llamado desarrollado en el libro Kindfulness. Abierto a personas con un mínimo de 6 meses de experiencia en la meditación.

El perdón es una especie de muerte espiritual, en la cual soltamos la idea de un "yo" fijo, separado y duradero. 

Cuando una mente rebosa de resentimiento y odio hacia una persona, en realidad es uno mismo el único que sufre, atrapado en ese estado mental. Cuando te hallas prisionero de tus acciones pasadas o de los actos de los demás, no eres capaz de vivir plenamente tu existencia presente. Sea cual sea la verdad objetiva de nuestra sentimientos de haber sido traicionado, abandonado u olvidado; si queremos ser felices, necesitamos perdonar. El perdón o aprender a soltar es la única forma de sanarnos a nosotros mismos de los efectos tóxicos del resentimiento y amargura.

El perdón no significa condonar una acción dañina o negar la injusticia y el sufrimiento. Tampoco debe confundirse con la pasividad ante la violación o el abuso. El perdón es una intima renuncia a la culpa, el resentimiento o deseo de venganza. El perdón nos permite recobrar una parte de nosotros mismo que quedo esclavizada en un acontecimiento del pasado.

Tal vez puedes pensar que no puedes perdonar, pero es tu intención de perdonar lo que cultivamos el ejercicio meditativo del perdón
“si he herido o dañado a alguien, a sabiendas o sin darme cuenta a causa de mi deseo neurótico, dolor, miedo, ira o confusión, pido perdón"
“si alguien me ha herido o dañado, a sabiendas o sin darse cuenta, a causa de su deseo neurótico, dolor, miedo, ira o confusión, le perdono, en la grado en que estoy listo en este momento, le ofrezco mi perdón”
“Me perdono por todos los modos en que me he hecho daño a mi mismo mediante la acción o la falta de acción, a causa del deseo neurótico, miedo, dolor o confusión, y decimos: “me perdono a mi mismo”

Hay quienes están dispuestos a perdonar pero solo si hay arrepentimiento. Esta manera de condicionar el perdón, siendo ocasiones valida, no puede erigirse como principio incuestionable. No debemos olvidar que el perdón no solo libera al responsable del daño realizado de la culpa que le atribuimos, también libera al resentido de su propio resentimiento y de las consecuencias que éste tiene en su existencia. Insistimos: el principal beneficiado del perdón no es el perdonado, sino quién perdona.

Es la decisión de integrar el dolor del pasado como aprendizaje para el futuro. Es el compromiso de vivir 100% en el presente, con la mente y el corazón abiertos, libre del enfado no procesado.

Entenderlo todo es tal vez perdonarlo todo, pero a veces tenemos que perdonar sin entender. Sangharákshita

Meditar con el enemigo para convertirlo en tu maestro: En la tradición budista hay una práctica de meditación para desarrollar compasión hacia aquellos que sientes te han agraviado u ofendido, "Meditación para cultivo del amor incondicional", llamada Mettabhavana. Durante esta meditación se cultiva una intención de metta o amor incondicional a "uno mismo", "un amigo", "una persona desconocida", "una persona difícil o enemigo" y finalmente a "todos los seres". Trabajar con un "una persona difícil o enemigo" en la meditación es todo un desafió, pero esta etapa en particular nos anima a hacernos cargos de nuestros sentimientos de venganza y soltar el resentimiento. Durante esta meditación se pueden utilizar la siguiente frases:

  • "Que esta persona sea feliz",
  • "Que esta persona se libere del sufrimiento",
  • "Que encuentre paz y sosiego en su vida"
  • “Que aquellos que me dañado u ofendido a sabiendas o sin darse cuenta encuentren paz”
  • “Que todos los seres sean felices”

No es un proceso libre de incomodidad y resistencias pero los resultados a largo plazo son tremendamente liberadores de la energía bloqueada invertida en mantener los estados mentales negativos. Cuando se libera la energía puede surgir la sabiduría (prajña), la compasión (Karuna) y la alegría apreciativa (mudita).  
Un par de puntos importante con respecto a esta práctica del perdón: es 
más fácil perdonar a otros si nos perdonamos a nosotros mismos primero. Por lo tanto, la frase "a sabiendas o sin saberlo", es importante: muchas veces nos han hecho daño o hemos herido a otros sin saberlo! 


Los dos monjes y la hermosa muchacha (cuento anónimo japonés)
Dos monjes, Tanzán y Ekido, viajaban juntos por un camino embarrado. Llovía a cántaros y sin parar. Al llegar a un cruce se encontraron con una preciosa muchacha, vestida con un kimono y un ceñidor de seda, incapaz de vadear el camino.
-Vamos, muchacha -dijo Tanzán sin más. Y, levantándola en sus brazos sobre el barro, la pasó al otro lado.
Ekido no dijo ni una sola palabra, hasta que, ya de noche, llegaron al monasterio. Entonces no pudo resistir más.
-Los monjes como nosotros -le dijo a Tanzán- no deben acercarse a las mujeres, sobre todo si son bellas jovencitas. Es peligroso. ¿Por qué lo hiciste?
-Yo la dejé allí -contestó Tanzán-. ¿Es que tú todavía la llevas?

 Y tú… ¿qué sigues cargando?
A veces cargamos con el pasado, la culpa, el resentimiento, etc.
Se hace difícil caminar por la vida de esta manera, nuestra energía queda bloqueada, aferrada a nuestra memoria del pasado, como un velcro. Perdonar es un proceso que nos permite aprender a soltar, dejar ir.