Enseñanza
Hoy, te invitamos a reflexionar sobre una verdad fundamental: todos los seres, incluyéndote a ti mismo/a, experimentamos sufrimiento. Desde las pequeñas frustraciones del día a día hasta los desafíos más grandes, el dolor es parte de la experiencia humana. No estamos solos en nuestras dificultades; esta comprensión es el punto de partida de la verdadera compasión. Reconocer esto nos ayuda a sentirnos menos aislados y más conectados con los demás.
Práctica
Busca un momento tranquilo para sentarte cómodamente. Cierra los ojos si te sientes a gusto y respira profundamente un par de veces.
Ahora, trae a tu mente un momento difícil que hayas experimentado recientemente. Puede ser algo pequeño, como un error que cometiste, una discusión o una decepción. No necesitas revivirlo con intensidad, solo permite que la sensación de incomodidad o tristeza aparezca suavemente.
En lugar de juzgarte o intentar alejar ese sentimiento, permítete sentirlo tal como es, sin resistencia. Reconoce que es una experiencia humana.
Mientras sientes esa incomodidad, susurra suavemente para ti mismo/a (mentalmente o en voz baja): "Que esté libre de sufrimiento." "Que esté en paz." "Que me sienta seguro/a."
Repite estas frases varias veces, dirigiéndolas con suavidad y amabilidad hacia ti mismo/a. Es un acto de bondad hacia tu propio ser, una declaración de que mereces alivio.
Puedes terminar la práctica con una respiración profunda y una sonrisa amable.
Si quieres tienes otra opción de esta práctica guiada
¡Esperamos que este primer día te brinde una sensación de calma y una nueva perspectiva sobre la compasión! ¿Estás listo/a para continuar este viaje mañana?