Meditación 3MP: tres minutos para perdonar

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Tres minutos para perdonar es una meditación breve que utilizamos en el programa: "Transformando flechas en flores: mindfulness, compassion y cuidado".

”No perdonar es cómo beber veneno uno mismo y tener la expectativa que la otra persona sufra o se muera”. La realidad es que engancharnos al resentimiento mantiene el cortisol, que es la hormona del estrés y que activa el sistema de lucha y huida, fluyendo en nuestro cuerpo y nos termina enfermando. Lo bueno es que para perdonar solo es necesario una solo persona: tu mismo, ni siquiera necesitas el que te hecho daño.

Estudios científicos afirman que perdonar hace a las personas mas felices y sanas que aquellas que guardan resentimientos.

Entonces, ¿estás dispuesto a perdonar, a pedir perdón y perdonarte?

En este mismo momento si estas albergando rencor o resentimiento contra alguien, puedes imaginar que de alguna manera que los dos están atados y viviendo un especie de "guerra de tire afloje".....imagina que el perdón es como si de repente soltaras la cuerda, imagina la sensación de libertad al hacer algo así. Se acabo la guerra.

Guión y voz Dharmakirti Zuazquita, basado en el libro: Kindfulness

 

Desde luego perdonar no es fácil, como dijimos es un proceso y necesitamos aprender. Pero que otra cosa puedes hacer, ya estas sufriendo por algo que te han hecho, entonces para que seguir infligiendote más sufrimiento a ti mismo?

Si queremos cultivar kindfulness, necesitamos perdonar. El no perdonar nos mantiene esclavizados con el pasado o fantaseando una venganza futura. Mindfulness tiene que ver con morar, conectar con el momento presente. “El perdón no puede cambiar el pasado pero si ampliar el futuro”

Perdonar puede ser una tarea incomoda y en la cual aparecen muchas resistencias (nuestro ego se sentirá amenazado), es por eso que necesitamos ser amables y compasivos con nosotros mismo durante el proceso y recordar la liberación que suponer perdonar.

Estudios realizados por K. Neff y sus colegas sobre la relación entre la auto-compasión y el perdón, descubrieron que las personas compasivas consigo mismas son mucho más dadas a perdonar a los demás que la no lo son. Una de las principales maneras en las que la compasión hacia uno mismo se traduce en perdón es en el reconocimiento de nuestra "humanidad compartida". Cuando vemos a los demás cómo individuos separados con control completo de sus pensamientos y sus acciones es natural culpar a los que nos hieren, del mismo modo que nos culpamos a nosotros mismos cuando metemos la pata. Sin embargo, cuando entendemos mejor la interconexión entre toda la humanidad, vemos que existen innumerables factores que influyen continuamente en quienes somos y lo que hacemos; mucho de estos factores nos están bajo nuestro control.