Licenciada en Derecho, en 2005 doy mis primeros pasos en el mundo del crecimiento personal entrando a formar parte del Teléfono de la Esperanza como orientadora atendiendo llamadas, coordinadora de grupos y formando parte del equipo docente, voluntariado que desarrollo durante casi ocho años. Allí descubro que ese campo me apasiona y decido convertirlo en mi profesión. Para ello me formo y certifico como coach por la International Coach Federation, termino el Practitioner y Master en Programación Neurolinguistica y sigo haciendo otras formaciones, al tiempo que dejo el Teléfono de la Esperanza e inicio la andadura por mi cuenta, preparando e impartiendo mis propios cursos y talleres.
En 2014 me inicio en la práctica del yoga y allí descubro que me encanta la meditación. Tal es así que en 2015 comienzo la formación en Mindfulness, con la intención de ser instructora de esa herramienta que a mi me ha ayudado mucho en mi propia vida personal. Después de muchos años de dar “pasitos” en el despertar de la consciencia he comprobado que el Mindfulness es la herramienta más potente y útil que conozco y con la que se consigue cambios espectaculares desde casi el comienzo de su práctica.
Una de las cosas que más me ha atraído del Mindfulness es que el profesor o profesora “encarna” lo que enseña, es decir representa un testimonio vivo de lo que se consigue con su práctica. No se trata de transmitir conocimiento desde la cabeza sino que todo sale del cuerpo y del corazón, que son los que mejor saben lo que queremos y lo que es mejor para nosotros, y eso me encanta.