Semana 8 del programa MBPM

Victor Galvan"¿Cómo te han ido las vacaciones? Por la cara que traes veo que te han sentado muy bien. Encima llegas con el curso de 8 semanas de Mindfulness terminado, ya por segunda vez. La primera vez fue a finales de 2013 y ahora, casi tres años después, lo has vuelto a hacer. Y qué bien parece que te ha venido. Además, han cambiado algunas cosas en el programa que han resultado tan interesantes. Las meditaciones se han multiplicado aunque sé que echas de menos aquellas meditaciones tan largas de 40 minutos en las que te paseabas por los pensamientos y las sensaciones con tranquilidad y con tiempo para profundizar. Así que ahora tienes de todo: meditaciones largas, cortas, express... y puedes elegir la que mejor te venga en cada momento. Hablando de meditaciones express.., que maravilla de meditación esa de los 3 minutos que tú tan ocurrentemente la has llamado "el ibuprofeno de las meditaciones". No la olvides nunca. Ya sabes, llévala en el botiquín de los primeros auxilios junto con frases como "que el pensamiento no son los hechos" ,"mirar hacia los pensamientos en vez que desde los pensamientos", "recuerda la diferencia entre sufrimiento primario y secundario",... como ves hay tantas frases que ya conoces y que has experimentado que sería una pena dejarlas en el olvido, así que escríbelas en fichas con una letra bonita y con colores, plastifícalas y mételas en el botiquín. Y qué tal eso de que al despertarte, justo inmediatamente después de acariciarte esa rodilla que tanto te duele con cariño y con compasión, no te sientas en la cama y das dos o tres respiraciones profundas para entrar en el día observando la luz de la habitación, poniendo atención a los sonidos de la calle, y, por qué no, atendiendo a tu estómago y ver cuánta y qué tipo de hambre tienes para prepararte así un desayuno también consciente. Recuerda en poner atención a las cosas que emprendas y deja el piloto automático a los pilotos de avión, a los GPS y al navegador de ese yate en el que vas ahora después de haber dejado la vieja barca atracada en la arena. Deja que el yate haga y se meza mientras tú te dedicas a ser en los momentos en los que hacer no serviría de mucho. Ya veo que las vacaciones te han sentado de maravilla. Ya te he escuchado muchas veces decir que te gustaría llevar a los movimientos a un punto artístico. Eso ya lo hace Kazuo Ohno y de eso trata la danza del butoh que está basada en el yoga y en la atención budista. Movimientos lentos, casi indescriptibles, movimientos terapéuticos que surgieron en Japón después de que cayesen las dos bombas atómicas para curar las heridas de la guerra. Moverse para curarse del horror. En casa, en la calle. Así que muévete con lo que puedas, lentamente, conscientemente, como Kazuo Ohno, siempre atento a tus lineas y umbrales de resistencia. Sin forzar. Y no olvides, amigo, hacer de la compasión y de la conexión con los demás algo real y no solamente intencional. Llama y escribe a tus amigos que sabes que de una manera u otra sufren. No los olvides, ni a ellos ni a los desconocidos. Sé que no los olvidas, pero el objetivo de estas palabras es el de dejar por escrito todo aquello que realmente importa. Amigo. Cuando regreses a tu otra casa el día dos de octubre me encontrarás en el buzón y sé que subirás a casa e irás directo a prepararte una taza de ese té que te mandaron con tus padres hace unos meses, te lo harás y te lo tomarás mientras me lees. ¿Y sabes por qué sé que lo harás así? ¿Sabes por qué sé que harás todo esto que aquí está escrito? 

Porque te conozco".