Día 4. Gratitud a los desconocidos.

Día 4 de 21 días de práctica de gratitud (ir a la bitacora de todos los día)

Durante nuestra vida, como seres interdependientes, necesitamos ayuda constantemente. La ayuda viene a veces de quien menos lo esperas y es maravilloso descubrir la bondad humana.Escucho continuamente el dicho “piensa mal y acertarás¨, dicho en tono ligero o no; me pregunto cuánto influye en el día a día y nuestra visión del mundo. Y cómo cambiaría nuestra experiencia si tuviéramos presente la gratitud hacia quienes nos rodean.

¿Cómo sentir gratitud hacia los desconocidos?

¿Qué hace un desconocido que pueda agradecer?

Hoy podrías recordar algún momento en que alguien que no conocías mucho o no del todo, te ayudo. La persona que te preguntó si estabas bien cuando llorabas en la calle, te dio un caramelo en el autobús cuando tosías, cuido de tus cosas en el bar mientras ibas al baño. Cosas simples. O difíciles: ayudarte en tu accidente de moto, llevarte a urgencias cuando te pusiste mal en el extranjero, el conocido del bar que se ofreció a cuidar a tu mascota durante tu viaje.

La mayoría de la gente a nuestro alrededor está dispuesta a darnos una mano. ¿Podemos vivir agradecidos, sin recelo?

Piensa ahora en desconocidos que te han inspirado, dado alivio, fuerza para seguir viviendo, ideas, comodidad: escritores, activistas, filósofos, la mujer que limpia la oficina, el hombre que reparó el bache de tu calle o que vacía los contenedores de la esquina. Participan en tu cotidianeidad, aligeran tu camino.

Sabemos que no es fácil mantener esto en mente en un mundo mayoritariamente auto-referente y ensimismado en la conexión virtual, más que la vital.

Así que tenemos algunas ideas para implementar esta práctica de gratitud que no necesariamente son decir gracias:

1 Saluda a ese desconocido que ves cada día al salir de casa. Existe, agradeces vivir en sociedad.

2 Da la gracias a la gente que te sirve: choferes, conserjes, limpiadores públicos, el reponedor en el supermercado.

3 Si eres cliente asiduo de un restaurante, un mercado, una panadería, un kiosko. Pregunta de vez en cuando a la persona que te atiende ¿cómo estás? Dile de vez en cuando que no pasa nada si se tarda un poco en atenderte. Llama a esa persona por su nombre. Termina pronto si el sitio está cerrando. Ponerse por un momento en el lugar del otro, es una forma de mostrar aprecio.

4 Piensa en dar propina o un dinero extra navideño (¿Por qué no?) a quienes se buscan la vida en esta era post-crisis. O quien trabaja para ti, pero no tiene un contrato: cuidadoras, hombres que te ayudan a aparcar, profesores privados, el limpiacristales de tu local o deja algo en el “bote” del bar.

5 Cuida del lugar que habitas. Lleva la bandeja del fast food a su sitio, limpia la mesa si se te ha caído un poco de comida, si el contenedor de basura de la avenida está lleno espera al siguiente, si te arrepientes de una compra, devuelve el producto a su sitio, si te pruebas un vestido ¿tal vez puedes devolverlo colgado en su percha?

Y para cerrar, te dejamos que reflexiones en practicar gratitud hacia los desconocidos “nivel 2”. ¿Y ese desconocido que se mete en la cola, te empuja en el metro, finge que no te escucha cuando le preguntas algo?

Seguro que se te ocurren motivos para agradecer que llenarán tu vida cotidiana de conciencia, de momentos para crecer.

Te invitamos a practicar la "tercera etapa / sobre el amigo/amiga" de la meditación: "Mettabhavana o el cultivo de emociones positivas y creativas"
(Para saber más sobre esta práctica te recomendamos leer las páginas 297 a 298 del libro "Vivir con Atención Plena - Mindfulness" )