Día 11. Gratitud hacia la crítica.

Día 11 de 21 días de práctica (ir a la bitácora de todos los días (bitacora de todos los días)

No me gusta la crítica. Nada. Asumo que no soy la única. La reacción es defenderte, sentirte herido, alejarte, negar lo que te dicen. Incluso la primera vez que escuché que “debía” agradecer la crítica, me sentí igual: atacada. ¿Por qué “debía” aceptar que otra persona me lastimara, me juzgara, se comportara de esa manera conmigo?  Y encima de todo ¿Agradecerle? -No estoy loca. Fue mi respuesta.

¿Qué es la crítica? La crítica es no ser aceptado, ni amado, ni reconocido por el otro. Tal vez es por algo pequeño que después no le das demasiada importancia o puede ser una loza que estás soportando durante toda su vida. Alguien quiere controlarte, te subestima, no te toma en cuenta.

Pero… ¿Tal vez te han dicho muchas veces que eres…? Puedes rellenar esa línea. Esa forma de ser que no eres. O que puedes reconocer parciamente, justificar como parte de tu trabajo o familia. Eso que “no puedes” cambiar ni entiendes de ti mismo.

¿Por qué podemos agradecer la crítica? ¿Por qué merece la pena intentarlo?

Imagina que tal vez, remotamente, esa persona tiene razón. ¿No estaría ayudándote a poner luz en una zona oscura para ti mismo, ayudándote a crecer, a aprender, a dejar de hacer algo que te daña a ti mismo?

Imagina ahora que esa persona te quiere, le preocupas y no sabe (como la mayoría de nosotros) como ayudarte, como expresarse. ¿No querrías ayudarla a hacerlo?

Imagina que estás seguro de ti mismo, sin dejar llevarte por tu ego, sin miedo a que esa persona deje de apreciarte. ¿Te sentirías atacado?

Imagina que lo que te dice esa persona es lo que tu, secretamente, día a día, piensas de ti mismo y te avergüenza. ¿No sería un alivio poder reconocerlo e intentar entenderlo?

La crítica entonces nos ayuda a conocernos, a crecer. Nos enseña a escuchar a otros. Nos obliga a creer y confiar en el otro, en el aprecio.

¿Cómo podemos aprender a recibir y agradecer la crítica?

1 Escucha. Respira. Todo. No te justifiques, defiendas o ataques.

2 Respira. Da una respuesta. Por ejemplo (como dice Byron Katie): “gracias por decirme lo que sientes/piensas, voy a reflexionar y te diré lo que puedo hacer”,

3 Date tiempo, respirando. Has logrado escuchar. Detente. Ahora respeta tus propias reacciones, pensamientos. Escucha la historia que te cuentas a ti mismo. Los pensamientos no son la verdad. No los tuyos. No los de la otra persona.

4 Actúa. Donde puedes actuar. No puedes hacer nada con los pensamientos de otra persona. Puede ser o no cierto para ti lo que el otro te critica. Respira. ¿Puedes realmente cambiar la forma de hacer, reaccionar y mejorar tu relación con esa persona?

5 No puedo, no estoy listo, no sé cómo controlarlo aún, me doy cuenta ahora. También pueden ser una respuesta. Respira. ¿Va afectar tu relación con la otra persona? Si. Y vas a respetarte un poco más a ti mismo y tu proceso. Vas a demostrar que has escuchado y te interesa lo que el otro ha dicho.

6 Respira. De ahora en adelante podrás decir honestamente SI o NO. Sin miedo a perder el amor, sin empezar una guerra.

¿No te parece una experiencia digna de vivir?

Creo que lo es. Aprovecha esos momentos. Escucha. Empieza por lo pequeño. Crece. Amorosamente, toma la crítica, agradécete a ti mismo el poder recibirla de manera sabia.

Amo la crítica un vídeo de Byron Katie

 


Temas relacionados: